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Arrivederci Madrid

Pude escaparme nuevamente de Madrid. Lo logré una vez más.

Y es que esta ciudad tiene una energía mística que te atrapa y te hace creer que no hay nada interesante por ver más allá de la M-30.

A toda esta fuerza telúrica hay que sumarle que Diciembre está a la vuelta de la esquina, y todos sabemos lo que pasa en este mes, cena con amigos, con los chinos de los mercaditos de tu barrio, cena con los bomberos de la Puerta de Toledo y hasta te juntás con los vendedores ambulantes de latas de cerveza del barrio de Lavapiés, sí, aunque hagan 2 grados bajo cero, pero te juntás.

Había que escapar de esa red navideña que ponía en jaque la continuidad de mi viaje.

Así que después de una linda borrachera con amigos (yo no bebí tanto, odio las resacas), abrazos, besos y elogios repartidos a granel, me subo al autobús amarillo que sale desde la estación de Atocha y me deja en Barajas, todavía me resisto a llamarle «Adolfo Suárez – Barajas» aún estando muy de acuerdo con la vida política de este personaje durante la transición española.

Aeropuerto de Barajas

En cuanto terminé de leer «Verde Tortuga Oscuro», la primer novela de mi amiga Marianela Jiménez, llego a Bari.

Siento mi primer halo de alegría viajera al escuchar por la megafonía de la estación del tren «Allontanarsi dalla linea gialla…» (alejarse de la línea amarilla), una de las primeras frases que aprendí en mis primeros viajes por Italia.

Es de noche, pero las calles de Bari están abarrotadas de italianitos con sus looks traperos, cargados de prendas de los grandes diseñadores de este país: Gucci, Armani, entre otras marcas que me enorgullece no recordar.

Hago el check-in en un hostel que de primeras no me da buena espina por el aspecto de los personajes que atraviesan el pasillo mientras realizo la típica burocracia hostelera.

Después de una «Pizza con cotto» en la pizzería «Il Veliero» (la misma con la que me despedí de Italia un mes atrás) me entierro en la cama para reponer todas las horas de sueño que debía de mi paso por Madrid.

Hay serenata de ronquidos pero estoy tan cansado que me duermo en cuestión de minutos.

Besos desde el taco de Italia.

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  1. Malin Segretin

    Mucha suerte en esta nueva etapa Mauricio!!

  2. Daniel Gelves

    A renovar el viaje y sacar a retozar a Pampero, que mientras vos ibas de mini resaca, el estaba encerrado. Cuídate hijo y a seguir disfrutando. Besos

  3. José Manuel Simón

    Ahora a seguir disfrutando, amigo. Abrazo enorme .

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