No se dan una idea la alegría que me genera escribir por segunda vez el titular «Cruzando los Andes«. La primera vez que lo hice fue en el año 2010 y en bicicleta.
Esta vez salimos bien temprano y con una furgoneta por la mítica ruta 40 desde Mendoza para luego tomar, 30 kilómetros más delante, la ruta nacional Nº 7. Allí el camino empieza a ascender levemente desde los 746 MSNM hasta llegar a los 3209 en el cruce «Cristo Redentor». La ruta va regalando paisajes únicos comenzando con el embalse de Potrerillos que recoge las aguas del río Mendoza formando un gran contraste entre el azul verdoso del caudal con el marrón de las gigantes masas de piedras a su alrededor.
Hicimos un pequeño alto en Uspallata para reponer fuerzas, sobre todo porque es la última ciudad con servicios. Juan, que amablemente me acompañó en la recorrida, tuvo que soportar las mil anécdotas que tenía sobre este viaje. Los lugares donde acampé, la gente que había conocido y las peripecias del recorrido por una ruta cargada de tráfico de camiones y turistas.
Otra de las visitas obligada en esta ruta hacia Chile es «El Puente del Inca», una formación rocosa que forma un puente natural sobre el río Las Cuevas, el cual tiene un gran índice de sulfuro. En 1925 se construyó un hotel al lado del río donde cada habitación tenía su propio baño termal aunque poco queda de él luego de varios terremotos y aludes. Lo único que sobrevivió es la capilla que se puede observar en la siguiente foto ¿Milagro divino?
Luego del Puente del Inca nos detuvimos un par de veces para observar los paisajes que ofrecía el pueblo «Las Cuevas«. En este pueblo aún quedan restos de antiguos túneles de chapa y madera que resguardaban de la nieve el paso de los trenes hacia Chile. Sí, pasaban trenes por estas zonas, impulsados por vapor, diesel y electricidad. Pero luego como no hubo más recursos que llevar a Buenos Aires o transportar hacia Chile quedaron muertos en el olvido y totalmente irrecuperables. Una dolor en el alma.
Para finalizar el viaje atravesamos el Túnel Cristo Redentor, un paso fronterizo de 3 kilómetros que une los países de Argentina y Chile a través de la Cordillera de los Andes.
No sé cómo será la aduana de Chile, pero al volver de este simple cruce del túnel tuvimos que estar 1 hora haciendo fila para cumplimentar con un mar de papeles tributarios. Al igual que cuando llego al aeropuerto con sus infumables colas de migración y escaneo de equipaje, son trámites que entrelíneas te dicen «Bienvenido a Argentina«.
mariano
hola, el cruce por el tunel en bicicleta tengo entendido esta prohibido. como lo hiciste?
Mauricio Gelves
Hola Mariano, sí, está prohibido cruzar el túnel en bicicleta. Me cruzaron en una camioneta la gente de la caminera.
Un saludo,
Mauricio