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Categoría: Experto en Nada

no llego a fin de mes a donde se me va el dinero

No llego a fin de mes, ¿a dónde se me va al dinero?

Cobras el salario, pagas el mínimo de las tarjetas de crédito, pagás el alquiler servicios, suscripciones y te das ese capricho que te mereces por soportar al pelmazo de tu jefe, otra salida por allá y cuando levantas la mirada estás a día 20 y sin un peso en el bolsillo.

Hoy en «Experto en Nada» quiero contarte mi experiencia y otras cuestiones sobre el ahorro y por qué se nos hace tan difícil llegar a fin de mes

Antes de comenzar

Antes de comenzar quiero decirte que no me hagas ni caso de todo lo que te diga… Soy experto en nada, un mero charlatán que habla desde su propia experiencia y que pretende que algo de todo lo que aprendió pueda generar alguna inquietud en alguien, pero tendrás que comprobarlo por tu cuenta porque lo mío no es ni pretende ser una pócima mágica.

Ya lo siento, pero este rollo de advertencia voy a soltarlo en todos y cada uno de los artículos en los que dé algún tipo de consejo.

¿Jugaste alguna vez al Monopoly?

Como buen informático, siempre me gustaron los juegos de mesa y me leo hasta el último párrafo del reglamento para luego explicárselo al resto de los jugadores. Pero el Monopoly, que en Argentina se llamaba «El Estanciero» y que son exactamente las mismas reglas solo que con propiedades de las distintas provincias del país, nunca me atrajo del todo.

No sé si era por el tema de lidiar con tanta plata o porque si en la mitad del juego se ponía tedioso el tema de pagar alquileres o, viéndolo a la distancia, tal vez porque desconocía o me aburría aprender las estrategias para ganar la partida.

¿Adiviná cual de estos dos era yo de chico?

Claramente el manejo del dinero no era mi fuerte y eso se notaba tanto en el juego pero también mi la vida real.

Y es que todos, absolutamente todos, inclusive los anti-sistemas partcipamos de un juego llamado «Capitalismo» que aunque no quieras aprender las reglas estás jugando desde el primer día en que te independizaste. Y creeme que los jugadores más experimentados que se leyeron todo el reglamento (incluyendo la letra pequeña), te están exprimiendo al máximo.

Y no hay que tener mucha inteligencia para saber el por qué no enseñan en las escuelas algo tan esencial para nuestras vidas… cuanto más ignorantes seamos sobre la economía y el flujo del dinero, más control y riqueza para ellos.

Pero si llegaste hasta acá es porque te estás dando una oportunidad de saber un poco más sobre este tema. Y te felicito por esa inquietud, ya has dado un paso enorme y te invito a que sigas informándote con cuanto artículo, libro o podcasts caiga en tus manos.

Ahora bien, lo importante es saber… ¿en qué casilla del Monopoly estás actualmente? (espero que no estés en la de la cárcel) y lo mejor aún ¿Cómo puedes aprender las reglas de este juego, el de la vida, el Monopoly verdadero, para que puedas ganar lo suficiente para ser feliz, dejar o cambiar ese trabajo que no te gusta o simplemente tener las riendas de tu vida económica?

Como te imaginarás son muchas las reglas, excepciones y triquiñuelas que hay que aprender para tener control sobre tu economía personal, pero empecemos por una de las primordiales: el ahorro.

No llego a fin de mes, ¿a dónde se me va el dinero?

Entre mis 20 y 30 años y a pesar de haber tenido buenos salarios, no sabía en qué se me iba el dinero.

Llevaba una vida que consideraba «que merecía» por todo el esfuerzo que hacía en el trabajo. Pagaba un alquiler elevado en una zona privilegiada de Buenos Aires para tener mi independencia glamorosa, salía a discotecas o bares con un cierto caché, almorzaba fuera porque «no tenía tiempo para cocinar» y nunca me quedaba un extra para ahorrar, siempre tenía esa sensación de que la plata no me alcanzaba.

Esta sensación me generaba angustia, pedía aumentos de sueldos en empresas que no me gustaba trabajar pero que debía mantener para continuar con ese nivel de vida y si me lo daban, de una u otra forma seguía sin alcanzarme.

El dinero se me escurría de entre las manos y no sabía dónde.

Fue durante una sesión de terapia donde mi psicólogo me sugirió que llevara un detalle de todos los gastos, — Es necesario saber para luego tomar medidas y corregir — me dijo una tarde desde su consultorio en una avenida muy ruidosa de Buenos Aires.

Esta incapacidad de ahorro que tenía personalmente y otras tantas que tienen otras personas pueden surgir por los siguientes motivos:

El placer de comprar y comprar

Uno de los más comunes es por el simple hecho de disfrutar del placer de comprar, comprar y comprar.

— Ah, ¿que estás triste?, andá al centro comercial más cercano y comprate ese capricho que hace rato venís deseando. Vas a ver el subidón que te da.

Científicamente está comprobado que cuando comprás algo que te gusta, se activa en tu cabeza tu «sistema de recompensa» liberando una alta dósis de dopamina. Este es el mismo neurotransmisor encargado de darnos los estímulos de placer al tener sexo.

También es sabido que así como vino ese subidón igual de rápido se va y el deseo se mueve de lugar hacia un nuevo producto, otro par de zapatos, ese pintalabios tan chic, el úlitmo videojuego, etc, y que hasta que no lo consigas vuelves a sentir todo el peso de tu vida sin control, entrando así en un círculo vicioso o más conocido como «La carrera de la rata».

Ser consciente de esta situación ya es un gran paso para salir de él. Aunque todavía queda mucho trabajo por delante.

Presos de las apariencias

Otro de los factores por los cuales se puede perder la capacidad de ahorro es porque «Compramos cosas que no necesitamos, con dinero que no tenemos, para impresionar a gente a la que no le importamos».

Por favor, pará de comprar boludeces simplemente para agradar o gustarle a alguien.

No necesitás ese BMW último modelo ni tampoco el vestido de la siguiente colección de Zara.

Podés darte gustos, no digo que no, pero siempre y cuando esté controlado y esto no te lleve a la ruina económica.

Estoy enterrado en deudas

Siguiendo con el punto anterior, a veces esos gastos desmedidos nos llevan a realizar compras con tarjetas de créditos o bien solicitando préstamos personales.

Sin darnos cuenta las deudas empiezan a crecer y mucho más si solo pagas el mínimo. Los banqueros empiezan a frotarse las manos viendo como la bola de nieve de intereses empieza a crecer mes a mes.

Cuando te das cuenta ya tienes una deuda gigante que te asfixia y que por supuesto te angustia porque te resulta muy difícil salir de ella.

Inflación

Si el país en el que vivís tiene un porcentaje alto de inflación lamento decirte que te será muy difícil ahorrar.

La «inflación» es ese porcentaje que indica que cada vez las cosas cuestan más caras o lo que es lo mismo, que tu dinero pierde capacidad de compra.

Este porcentaje varía para distintos países. En España, por ejemplo, es una media alrededor del 2% anual, Argentina para este 2021 estima una inflación del 45% anual (eso significa que para fin de año podrás comprar la mitad de cosas con el mismo dinero) o Venezuela que en los primeros 5 meses del 2021 acumuló un 268% de inflación… una auténtica locura.

Si vivís en alguno de estos países con alta inflación la capacidad de ahorro dependerá básicamente de tus posibilidades de trabajar y ahorrar en cuentas bancarias en el extranjero.

Falsa sensación de seguridad económica

A modo personal voy a contarte que la falsa sensación de seguridad económica afectó también a mi capacidad de ahorro. Me explico.

El hecho de que trabaje en informática hizo que siempre tuviera un salario por encima de la media, lo que me dió una falsa sensación de seguridad que mi estilo de vida siempre sería igual.

Esta falta de preocupación por el futuro hizo que no ahorrara ya que podía permitirme un buen alquiler, comida, vacaciones y hasta algunos caprichos caros.

Pero claro, con todo lo que vengo pensando con el tema de los 40 años es lógico y normal que desde hace un tiempo, a pesar de seguir teniendo buenos trabajos, intente abrir el paraguas del ahorro y la inversión.

Por lo que escucho en podcasts y leo a través de algunos libros de finanzas, muchas de las personas que ahorran e invierten desde temprana edad han tenido:

  1. Una fuerte educación del manejo del dinero en la casa
  2. o bien han sufrido problemas económicos y estas experiencias negativas los llevó a educarse y tomar acción.

Falta de metas

Si a la falsa seguridad del punto anterior por tener constantemente un buen salario le sumamos el no tener un horizonte claro, una meta, un objetivo, hace que ahorrar no interese para nada… ¿para qué? ¿para qué privarme de cosas hoy por ese futuro que no puedo ver ni tampoco me interesa?

Es por eso que a medida que empiezas a educarte en la materia, a entender cómo funcionan las cosas y ver con más claridad las reglas del juego el ahorro pase a ser algo natural, simple y hasta lógico.

¿Cómo ahorrar?

A ver, no van a darme un premio Nobel por la respuesta a esta pregunta: ahorras cuando gastas menos de lo que ingresas mes a mes. Punto, no hay más misterio en el asunto.

Pero para gastar menos de lo que ingresas hay un punto que es fundamental: saber en qué gastas el dinero.

Si quieres controlar tu economía tendrás que saber hasta el mínimo detalle cuánto y dónde gastas tu dinero para que luego, con esa información, puedas tomar las medidas que sean necesarias.

Saber en qué gastamos

Aquí no hay ningún secreto. Para saber cuáles son nuestros gastos hay que detallar:

  • los gastos mensuales fijos y
  • tomar nota cada vez que pagamos algo extra: una compra en el super, un corte de pelo, una salida, un capricho… todo, absolutamente todo.

Puede sonar algo agobiante y tedioso, pero vuelvo a repetir, si no sabemos dónde se va el dinero poco se puede hacer para controlarlo.

Ahora bien, ¿cómo podemos llevar estas cuentas?

Aplicaciones para móviles

Existen una sinfín de aplicaciones para móviles, tanto para Androids como para iPhones, basta con buscar en la categoría «Finanzas» para descubrir todas las opciones que hay.

Básicamente todos ofrecen los mismo, la capacidad de configurar cuentas bancarias, efectivo, tarjetas, etc y luego dar de alta distintos gastos a los que se le puede asignar una categoría, una foto, indicar de qué cuenta hacer el descuento etc.

Mientras vamos cargando esta información se van generando informes suuuuuper bonitos donde vemos en dónde se están yendo nuestros preciados recursos económicos.

MoneyPro, Pennies, Registro Contable, Mis Gastos… son algunos de los nombres más habituales entre estas aplicaciones

Mi hoja de cálculo

Todas las aplicaciones para el móvil están muy bien, pero siempre les falta algo o hay que pagar algunas mensualidades que considero desde mi punto de vista un gasto innecesario. 5€ de acá, otros 8€ de Spotify por allá, más la cuenta Netflix, cuando te querés acordar estás pagando un sobresueldo en suscripciones (que al fin y al cabo es una gotera más para tus ahorros).

Yo llevo esta contabilidad en una hoja de cálculo de Google Drive porque me da absoluta libertad sobre para el manejo de los datos. Cosas de informático friki 🤷🏻‍♂️

Aquí te comparto la plantilla en este enlace ⬇️

https://docs.google.com/spreadsheets/d/1DZwdP3I_Wdsq0xopv9JaLM9E6n2Ve2zbppD3AnghtBQ/edit?usp=sharing

NOTA: No intentes editar el documento o solicitarme autorización para modificarlo. Haz una copia en tu Google Drive y luego edítalo como quieras.

Plantilla de hoja de cáclculo para gastos personales y finanzas

En la pestaña «Estadísticas de Gastos» puedes crear cuantas columnas quieras para cada categoría de gastos que luego se mostrarán automáticamente en la pestaña «Gastos Diarios» para cargar el día a día de los gastos.

Por supuesto que todo está automatizado y se van mostrando los disintos totales y subtotales por categoría y año.

¿Por dónde empiezo a ajustar?

Con uno, dos o tres meses tendrás la información suficiente para saber en dónde se te está yendo el dinero y desde ahí empezar a ajustar las tuercas para comenzar el hábito del ahorro.

Ayudará mucho que tengas metas claras del por qué estás ahorrando y también cuáles de todos esos gastos estás dispuesto a reducir y cuáles no.

Cómo reducir ciertos gastos y mantener o acrecentar otros te lo estaré contando en un próximo artículo donde estaré hablándote sobre el «frugalismo».

Conclusión

Ya sabés, tenés ahora esta información en la cabeza y ahora depende todo de vos… podés seguir avanzando como si este Monopoly no existiera o tomar las riendas y de a poco ir formándote para usar las reglas a tu favor.

De momento te dejo como tarea y como primer paso, que comiences con la captura de esta información, ya sea con las múltiples aplicaciones que existen en los marketplaces o si lo quieres hacer en forma manual a través de la hoja de cálculo, me da igual, lo importante es que sepas cómo se te escurre el dinero de las manos para que luego puedas pasar a la acción.

¡Mucho ánimo! 💪🏻

Experto En Nada - 001 - Mauricio versión 4.0

Mauricio versión 4.0

Con 39 años creía tener todo bajo control, que el cambio de década no me iba a afectar en absoluto. Tenía mi casa (alquilada), mis amigos, mi familia con salud, mis vinilos… pero ese 25 de enero a las 23:59, cuando el brazo de los minutos tocó el punto más alto del reloj tuve una sensación extraña que no me había ocurrido con ninguno de los cumpleaños anteriores.

Estuve sentado por unos 15 o 20 minutos en silencio asimilando que un nuevo número ocupaba el lugar de mis decenas. Y este nuevo número se sentía mucho más pesado ¿sería la crisis de los 40 del que todo el mundo habla?

Comienza el viaje

No le di demasiada importancia, tenía por delante el viaje de mi vida, ir desde Madrid hasta Estambul en una moto y muchas tareas que completar para andar preocupándome por un simple nuevo dígito.

En un plis-plás han pasado 4 meses de esos primeros kilómetros al lomo de mi Royal Enfield Himalayan y cada día de ruta es una sesión de auto-psicología.

El diván es el asiento de la moto, el consultorio han sido todos los paisajes que recorrí hasta ahora, a veces con un sol radiante testigo de mis relatos alegres a veces con lluvia que se mezclaba con lágrimas de mis penas. Y el psicólogo es esa vocecita que me plantea y replantea miles de cuestiones cada vez que me pongo el casco.

Si hoy estoy escribiendo este artículo, es porque le estoy dando la importancia que estos pensamientos se merecen y que harán de Mauricio un nuevo Mauricio. La versión mejorada 4.0.

En solo 4 meses de viaje puedo decirte que soy otro. Me di cuenta que mis energías estaban dispersas en muchas cosas sin sentido y que era hora de tomar decisiones fuertes.

Te detallo todos y cada uno de los puntos que analicé en mis sesiones de moto-terapia.

Analizando mis puntos débiles

Estoy tratando de mejorar mis puntos personales más débiles. Afortunadamente sé cuales son y el proceso al igual que para cualquier persona, es una tarea complicada de llevar adelante ya que debo enfrentarme a pensamientos enraizados durante muchos años.

No es mi culpa tener ciertas cuestiones en mi vida, pero sí soy 100% responsable de cómo analizarlas, aceptarlas e ir progresando poco a poco. En lugar de victimizarme o dejar todo tal cual está «porque yo soy así», prefiero tomar cartas sobre el asunto y disfrutar de lo que ese logro pueda traerme.

No voy a entrar mucho en detalle en este tema porque son cosas muy personales que prefiero mantener en secreto.

¿Dejo de ser Freelance?

Hace unos días atrás, charlando con un colega de trabajo de Londres, sin querer dije una frase que me hizo abrir los ojos de por qué verdaderamente me había hecho Freelance allá por el 2016.

La frase fue: «Me hice Freelance porque para ese entonces no había ninguna empresa que se ajustara a mi forma de ver la vida. Con libertad, soltura y total confianza en mis conocimientos…». Era la primera vez que lo veía desde ese punto de vista y me sorprendió.

En realidad sí había algunas empresas para ese entonces, pero también tenía un miedo terrible de no estar a la altura de los cerebritos que formaban parte de estos equipos. Lo que hoy se conoce como «Síndrome del Impostor», esa vocecita interna que constantemente te atormenta diciéndote que «no eres lo suficientemente bueno para ese puesto/trabajo/etc».

Parece mentira, pero desde que salí el primero de Mayo estoy trabajando casi sin parar con una de estas empresas y lo mejor de todo es que me siento muy a gusto y que fui perdiendo ese miedo de compararme con otros viendo que podía resolver muchos problemas y todos por mi cuenta.

Al punto tal de plantearme — ¿Y por qué no aplicás para el puesto de trabajo? — Al fin y al cabo tenía mucho por ganar:

  • La paga es muy buena: Lo cual me permite vivir tranquilamente, seguir con este lindo sueño que llevo adelante y ahorrar para invertir en otros proyectos personales (de los cuales te hablaré).
  • Confianza en sus empleados: De primeras te entregan toda la confianza, lo cual hace que te dediques en un 200%.
  • Trabajo remoto: Son empresas que no tienen oficinas. Todos sus empleados trabajan y trabajaron siempre en remoto y desde todos los puntos del planeta, haciendo que la empresa sea un 24X5 (sí, los fines de semana se descansa)
  • Respetan la libertad del empleado: les da igual desde dónde, cómo y cuándo realices el trabajo siempre y cuando se entregue en tiempo y forma. Es un pensamiento que llevo conmigo desde el 2009 cuando intenté, en vano, trabajar en remoto en Argentina y que intento divulgar sus beneficios con charlas en conferencias para mejorar la calidad de vida de más personas.
  • Caras conocidas: A muchos de ellos ya los conozco de distintos eventos de WordPress haciendo del entorno virtual de trabajo un lugar mucho más ameno.
  • Beneficios extras: Dan muchos y buenos beneficios que cualquier empresa iberoamericana está a décadas luz de ofrecer a sus empleados.

Y señoras y señores… (redoble de tambor para dar más intriga al asunto) ya apliqué para ser desarrollador, ya tuve mi primera entrevista y todo parece ir viento en popa.

De todo esto aprendí una gran lección: a veces la comodidad y la seguridad no son buenas aliadas para el progreso personal y profesional. Aventurarse a dar pasos inciertos, enfrentarse a los miedos pueden resultar en grandes logros.

Mi granito de arena: «Experto en nada»

Otros de los puntos que analicé y acepté de mi forma de ser es que soy «Experto en nada» y bueno o regular en muchísimas cosas. No trato de ser humilde, es la realidad.

Tengo una personalidad muy curiosa lo que me lleva a interesarme en un sinfín de actividades y cuando eso sucede me sumerjo por completo hasta absorver la última pizca de información hasta tanto aparece un nuevo interés o retomo otro de los que ya tengo.

Esto hace que sea experto en nada, ya que no dedico años de investigación a una sola materia, pero con bastos conocimientos en muchas actividades: música, audiovisuales, programación, desarrollo personal, inversiones, vida espiritual, viajes, DIY («Do It Yourself«, «bricolaje» o de cómo arreglar las cosas por tu cuenta) y un largo etcétera.

El no aceptar esta condición me hacía sentir mal porque me comparaba constantemente con otros sí «expertos» de estas materias, reforzando esa sensación de que «yo no era lo suficientemente bueno para estar ahí». Esto me llevó, por supuesto, a perder muchas oportunidades a lo largo de estos años.

No me lamento, al contrario, me siento orgulloso de hoy aceptarlo y de utilizarlo a mi favor para trabajar y ayudar haciendo uso de esta amplia caja de herramientas que tengo en mi cabeza.

Aceptarlo también me quita el peso de decir en un determinado momento — Esto no sé hacerlo, lo intenté al máximo y no me sale. — No pasa nada, habrá otro cerebrito que nos eche un cable.

Asimismo, me abre una nueva puerta a la que quiero apostar y que cierra otras que no se ajustan con el nuevo Mauricio.

Aparte de mi trabajo, quiero volcar algo de mis conocimientos y crecimiento personal en este blog que llevo desde hace años y si el tiempo me lo permite grabarlo informalmente en un podcast al que titularé «Experto en nada» con el fin de que llegue a más gente.

Veo una clara motivación en este nuevo paradigma ya que, aparte de ayudar a otros con mi experiencia personal, me ayuda a reforzar mis convicciones, principios y proyectos personales.

Las temáticas serán tan variadas como mis gustos y la periodicidad será la que dicte mi conciencia con el fin de no quemarme como me sucedió en otros ámbitos.

De hecho este artículo forma parte de ese nuevo cambio, ha hecho que hoy por la mañana me levantara super motivado a escribirlo, un claro indicio de que se está yendo por el buen camino y si de paso ayuda a alguien me daré por satisfecho.

Cerrar puertas

Para sentirme mejor y redirigir las energías de este nuevo Mauricio, tengo que sí o sí cerrar algunas puertas sin importarme «el qué dirán» por la toma de estas decisiones.

Cambios en mis redes sociales

Este es el cambio que más me costó aceptar… llevo meses pensándolo, pero la decisión está tomada. Voy a pausar la generación de vídeos de YouTube sobre mis viajes.

Claramente no tengo la misma energía para realizarlos y sobre todo son vídeos que, a pesar de mostrar y hacer conocer lugares muy bonitos y que la gente me agradece, solo apuntan a que me mire el ombligo. Mauricio conoce Oporto, Mauricio recorre Cantabria, qué guay Mauricio estuvo en Burdeos.

Sé que muchos no lo ven de esa manera, pero es cómo me siento y creo que tengo mucho más para dar y aportar.

Visto desde un punto de vista más superficial, tantas horas de trabajo (durante varios años) no se corresponden en absoluto con la monetización obtenida. Con lo cual, ajustaré este esfuerzo al equilibrio de su respuesta.

Otro de los motivos es porque quiero disfrutar al máximo el presente del que puede ser el viaje de mi vida y no estar pensando en si las baterías están cargadas, qué ángulo es mejor para esta toma o en qué año se construyó esta iglesia que no quiero cagarla al decirlo en el vídeo.

De todas formas, tengo material grabado y guardado hasta mi llegada a Italia, con lo que con el tiempo y a medida que vuelva esa inspiración, iré subiendo los nuevos capítulos como así también seguiré posteando en Instagram ya que me lleva un tiempo infinitamente menor de realización.

Adiós a mis clientes

Después de 6 años de arduo trabajo como Freelance siento que no tengo la misma energía para lidiar con los clientes en forma directa.

Se requiere de una gran carga mental para entablar, firmar, desarrollar, gestionar y cerrar un proyecto Web… sin tener en cuenta que las ganancias no son las mismas (aparte de los lindísimos impuestos que exige España).

Dicho esto, tengo que cambiar mi página Web para que no se me relacione más como un trabajador autónomo abierto a recibir propuestas de proyectos.

Seguiré con los mantenimientos activos que ya tengo y escribiendo artículos de informática en mi afán por ayudar a quien lo necesite, pero mi salario, si todo sale bien, vendrá del trabajo de esta posible empresa (u otra que me acepte como desarrollador bajo las mismas condiciones que detallé anteriormente) en donde solo debo enfocarme en el aspecto técnico de los proyectos.

¿Dónde te ves de acá a 15 años?

Recuerdo que odiaba este tipo de preguntas cuando iba a las entrevistas de trabajo, básicamente porque no sabía ni dónde estaba parado. Pero la llegada de mi cuarenta aniversario, más las horas de psicología arriba de la moto, me trajo una y otra vez este inquietud a mi cabeza ¿Dónde quiero estar de acá a 15 años?

Por supuesto que no tengo todas las certezas de dónde voy a estar, pero sí sé qué es lo que no quiero y eso es un muy buen punto de partida.

Hoy pienso que no quiero seguir trabajando de informática cuando tenga 55 años. No porque crea que deje de gustarme, pero sí que presiento que no tendré la misma energía para mantenerme actualizado y por ende competente.

Dicho esto, pensé que tengo que abrir el paraguas cuanto antes hacia nuevos trabajos o formas de ingreso y si son pasivos mucho mejor.

Esto me llevó a investigar, consumir horas de vídeos salteando aquellos que prometen paraísos sin esfuerzos, descargar y leer libros en mi Kindle y el punto más importante tomar acción.

Puestos a soñar, me propuse retirarme a los 55 años haciendo un último sprint de arduo trabajo, ahorrar al máximo viviendo frugalmente (ya hablaré más adelante sobre este tema super interesante), educarme e invertir sabiamente para tratar de conseguirlo.

No es mi sueño dejar de trabajar a esa edad, pero sí que me encanta la idea de no tener que hacerlo porque necesite el dinero.

Al fin y al cabo es ganar un escalón más de libertad en mi vida… ¿cuántos de ustedes seguirían trabajando en donde están si no fuera porque necesitan el salario? Habrá quien sea un apasionado de su trabajo pero estimo que la gran mayoría desearía dejarlo y dedicarse a otra cosa.

Dentro de las posibilidades de negocio e inversiones que estuve investigando, estas pueden ser las que me gustan y me ayuden a conseguir esa meta:

  • Inversión en acciones de bolsa: Esta es la única que venía haciendo desde hace algunos años, en la que invertí en educación (una linda cifra) y con buenos resultados (entiéndase estar por encima del crecimiento anual del mercado).
  • Inversión en fondos indexados: Aunque es ideal comenzar cuando se es joven, aún estoy a tiempo de aprovechar las ventajas del interés compuesto de este producto financiero («la fuerza más poderosa del Universo» según Einstein).
  • Inversión a largo plazo en Bitcoin: Será sin dudas el futuro de las transacciones y mejor estar preparado para cuando eso suceda. Tema interesantísimo al cual nunca le había prestado atención y que ya estoy invirtiendo parte de mis ahorros.
  • Inversión en bienes raíces: Esta es LA inversión que puede cambiar mi vida, pero para ello tengo que formarme (ya sé con quién) y necesito y quiero estar nuevamente en Madrid para comenzar con los primeros pasos. Así que a esperar a que termine este viaje y mientras tanto seguiré ahorrando para esa primera inversión.

El hábito de la lectura

Los fines de semana cuando avanzo con la moto, trato de vivir con el sol. Eso significa que me levanto muy temprano, viajo y me detengo unas horas antes de que se vaya para encontrar el sitio seguro para dormir, armar la tienda, preparar la cena y alguna que otra tarea relacionada con el viaje.

Una vez dentro de la carpa, tengo un par de horas para mí que no estaba sabiendo cómo matar.

Para ello, hace poco me compré un eBook (un Kindle de Amazon). Y la verdad es que después de las primeras horas de uso me pregunté – ¿Por qué tardé tanto tiempo en comprar este dispositivo? –

  • Si no lo hice antes fue por la estúpida nostalgia de solo querer libros en papel. Sin darme cuenta, esa misma nostalgia me generaba pereza de acercarme hasta cualquier lugar a comprarlos y por ende no leía nunca.
    Era consciente de que no leía libros, pero me auto-consolaba diciéndome que leía mucho en internet o que veía muchas horas de vídeos interesantes. Error, grave error. La información que nos llega de la lectura cala de una manera mucho más profunda.
  • En menos de un mes leí más libros que en mis 2 o 3 años anteriores. Todos relacionados con las temáticas que voy a seguir detallándote en los siguientes apartados.
  • Es SUPER FACIL instalarle libros gratuitos en PDF’s o EPUB que se encuentran por internet (y si te tapas el ojo con un parche también puedes conseguir otras cosas). Creía que era un dispositivo super cerrado, que solo podía administrar libros comprados directamente en Amazon. Nada más lejos de la realidad.
  • Estoy con un subidón terrible de querer seguir absorviendo conocimientos y ya tengo cargados en el aparato una veintena que están en cola de ser leídos. De todas formas llevo una base de datos (del cual te hablaré en otro artículo) con todos los libros ya terminados y los que están por leer.

Tamizar las amistades

Cada cierto tiempo uno debe detenerse y tamizar las amistades, ¿a qué me refiero con esto?

Básicamente las personas que se atraviesan en nuestras vidas pasan por algún motivo en particular. Algunas de ellas duran muchos muchos años y otras pueden ser esporádicas.

Las amistades verdaderas llevan mucho tiempo de trabajo. Para que sus cimientos sean fuertes y estables es necesario compartir cuantas más experiencias mejor: salidas, charlas, silencios, viajes, otros «viajes» menos legales, aventuras, penurias, borracheras, etc.

Por supuesto que con algunas personas esto se hará de una manera super simple mientras que con otras se nota una cierta resistencia.

Por ejemplo, cuando llegué en el 2010 a vivir a España tenía la necesidad de rodearme de gente, de hacer nuevos amigos. En esa necesidad uno no se fija demasiado en los detalles, si más o menos se ven buena gente se va para adelante.

Pero con el paso del tiempo fui sacudiendo el tamiz y solté a quienes no están en la misma sintonía para quedarme con aquellos que me hacían crecer como persona. Ojo, no estoy hablando de utilizar a la gente para obtener un beneficio puntual y luego dejarlos ir, sino de un equilibrio de energías que hacen de la amistad algo simple y placentero de llevar.

¿No te pasó nunca de estar compartiendo un café con un «amigo/a» y preguntarte «¿Pero quién carajo me mandó a quedar con este pelmazo/a?»? Pues eso… sin más.

Te guste o no, tu personalidad se verá afectada por tus amistades… «Dime con quién te juntas y te diré quién eres». Y si tu personalidad va cambiando con el tiempo (que debería ser así), también tienes que ir reajustando tus círculos más cercanos.

El viaje, el silencio y la distancia hicieron que una vez más se moviera ese tamiz en mi cabeza para decantar a muchas personas que estaban requiriéndome de una energía que prefería depositar en otros seres.

Aunque suene frío, tengo agendada llamadas telefónicas recurrentes con mis amigos y familiares. Vuelvo a repetir, la amistad es el fruto de un trabajo constante y como tal debe cuidarse como una tarea más en nuestras vidas.

¿Quieres cuidarme como amigo? ¿Por qué no me das un toque y charlamos? Que al fin y al cabo esta es una tarea que debe cuidarse desde los dos lados. Ayer sin ir más lejos me dejó un lindo audio un gran amigo (un hermano en realidad) y lo primero que hice fue agradecerle el que siempre estuviera ahí.

Conclusión

¿Y? ¿Qué te parece? Fijate TODO lo que pensé en estos 4 meses de viaje y las acciones que tomé para reencauzar mi vida.

Por mi parte, quiero decirte que no ha sido fácil. Ha sido una auténtica montaña rusa de sentimientos. Días de mucha motivación y días de estar tirado en la cama sin ánimos, bajoneado y tratando de buscar soluciones o respuestas a estos pensamientos que taladraban (y taladran) mi cabeza.

¿Serán estas las respuestas definitivas? Seguramente no, cuando cumpla 41 seguiré reajustando mi vida con el fin de ser un poco menos ignorante de lo que soy, ser fiel a mis principios y seguir caminando hacia donde crea que sea lo correcto.

Espero que este artículo te haya despertado alguna inquietud. Quiero que sepas que estoy decidido a seguir en esta línea, tal vez la más honesta que hayas leído o escuchado desde que me sigues y que por supuesto que tienes toda mi confianza para que me escribas por cualquier cosa en la que pueda ayudarte.

Haciéndolo me ayudarás a mejorar también.

¡Un abrazo! 🙌🏻

Gana más dinero comprando menos

Gana más dinero gastando menos

Como verán, hoy estoy escribiendo sobre cosas más personales. Nada de lo que hay aquí escrito corresponde a WordPress, pero de todas formas forma parte de quién es Mauricio Gelves.

Y es que de ahora en más escribiré de aquello que realmente se me antoje y crea que pueda ayudar al menos a una persona, ya sea de programación, diseño, música, cine o en este caso finanzas. Finanzas personales.

¿Cuantas veces te has dicho «Necesito más dinero» y acto seguido te has puesto a pensar en conseguir un mejor puesto de trabajo, pasar más horas frente al ordenador o viendo cuanto curso de «dinero mágico» invirtiendo en la bolsa existe por internet?

No sé ustedes. Yo muchas veces. Hasta que llegó el punto en que dije basta.

La gota que rebasó el vaso

Esto no es novedad en mi vida, hace ya mucho tiempo que descubrí que lo material o el dinero no hace a la felicidad.

Si rebusco en mi memoria los momentos más felices de mi vida, siempre hay alguien muy querido en él: amigos, familia, una novia o compañeros de viajes.

Sin embargo los objetos o el dinero no forman parte de estos recuerdos esenciales. Por ejemplo, no recuerdo ni me interesa cuando me compré mi primer BlackBerry, o cuando al fin pude tener la PlayStation 3 o mi primer auto. Sinceramente, no me importa.

También es verdad que desde que vivo solo y tengo más espacio he ido inconscientemente llenándolo de cosas.

Cosas que prometen darte felicidad cuando en realidad es solo una satisfacción temporaria.

Cosas que intentan llenar un vacío, y que lo hacen hasta tanto sale una nueva versión de tu celular o la prenda que estás usando ya no está a la moda (no es mi caso, uso el mismo iPhone desde el 2015 y escribo este post con una vestimenta que espantaría a cualquier feligrés).

Tanto se acumuló sin darme cuenta que llega por segunda vez la oportunidad de decir ¡Basta! Es hora de quitar cosas de mi vida y reemplazarlas con experiencias verdaderas.

El dinero sí hace la felicidad

A ver, no quiero ser extremista. El dinero sí hace la felicidad. Todos necesitamos tener ciertas necesidades básicas cubiertas para poder alcanzar la autorrealización.

Pirámide de Abraham Maslow donde define que nuestras acciones están motivadas para alcanzar ciertas necesidades.

Los dos primeros niveles de esta pirámide son esenciales para todo lo demás, y obviamente que para ello necesitamos un mínimo de dinero.

El dinero sí hace la felicidad, pero hasta un cierto punto, el resto dependerá meramente de nosotros.

Un ejemplo que pongo siempre cuando hablo sobre estos temas, es que aquí en Europa es muy barato conseguir objetos materiales que permiten desarrollarte como persona.

Entiéndase comprar una raqueta de tenis, un par de botas para ir de trekking, libros, una computadora, cursos, etc. Todos elementos que permiten que mejores en lo deportivo, cultural, espiritual, etc.

Cuando tenía 24 años y junto a un gran amigo, subimos hasta uno de los picos en el Parque Nacional Tierra del Fuego (Argentina) con zapatillas y calcetines en las manos ya que ni soñando podíamos acceder a equipación de montaña.

A pesar del frío tengo los recuerdos más bonitos de ese viaje 🏔🇦🇷❤️

De ahí nace la garra sudamericana que tanto se aprecia en Europa: aunque no tengamos los equipamientos adecuados le echamos ganas y de una u otra forma logramos realizar lo que deseamos.

Lo importante aquí es preguntarse, ¿cuántas personas no han llegado a dar su potencial máximo simplemente por no haber tenido sus necesidades mínimas cubiertas? ¿Cuántas montañas más podríamos haber escalado de haber tenido una mejor economía y un Decathlon en Argentina?

Black Friday, anuncios y otras mierdas

Estamos rodeados de publicidad, descuentos y promesas de productos hasta el mismísimo hartazgo.

Vayas donde vayas o aplicación que utilices intentarán colarte el último producto o servicio de moda que te garantiza mucho dinero o su equivalente en dósis de felicidad.

Teléfonos, ropa, tecnología, viajes, bebidas, comidas…

Y ahí estamos nosotros, como borregos obedeciendo y comprando sin parar a detenernos a pensar el tiempo de vida que estamos invirtiendo en ese artefacto que no necesitamos.

Y mejor no hablemos de las cuenta de Instagram que muestran vidas de ensueños porque este post sería infinito…

En sí la publicidad no es mala, lo que es nocivo realmente es la falsa creencia que quieren imponernos de que tener y tener cada vez más hará que seamos más felices.

Así es como un día te despiertas rodeado de cosas que no necesitas y buscando en Google una y otra vez «¿Cómo conseguir más dinero?» para comprar el artículo de turno y volver a sentir esa «felicidad» perdida.

Detente un minuto y piensa… ¿Si el mundo occidental ha desarrollado niveles de calidad de vida nunca antes visto, cómo es posible que haya una tasa de suicidios e infelicidad tan alta?

Basta con mirar las cifras del INE (Instituto Nacional de Estadísticas)… «Las víctimas duplican a las de accidentes de tráfico, superan en once veces a los homicidios y en ochenta a los de violencia de género«

https://www.lavanguardia.com/vida/20190909/47260236571/dia-mundial-prevencion-suicidio-espana.html

¿No crees que nos estamos alejando un poco de lo realmente importante?

¿Cómo lo hago yo?

No quiero venderte los 10 pasos a seguir para insertar el «minimalismo» en tu vida. Solamente voy a contarte qué es lo que yo hago antes de comprarme algo.

El paso más difícil: conocerse a sí mismo

Lo puse primero a propósito ya que es el más difícil de realizar.

Conociéndote aprenderás qué te hace feliz y qué no, y de esa manera sabrás frenar un impulso de compra innecesario con su correspondiente ahorro.

Yo sé que me hace feliz la música, los viajes y las reuniones con gente querida.

Si algunas de mis compras, sin ser desmedida, ayuda en cierta forma a que algo de eso suceda, entonces es una compra inteligente porque estoy invirtiendo verdaderamente en mi felicidad.

¿Cuántas horas de tu trabajo cuesta?

Otra forma muy simple de frenar una compra compulsiva es mirar su equivalente en tiempo de vida.

¿Cuánto ganas por hora? El cálculo es muy simple: Vamos a suponer que ganas 1.200€ al mes. Eso lo divides por 30 días, y luego lo divides por 8. Más o menos tendrás un valor equivalente a tu precio/hora.

Volviendo al ejemplo, si ganas 1.200€ al mes estarías ganando algo así como 5€ a la hora.

Si quisieras comprarte el último iPhone que cuesta alrededor de 950€… aquí viene el dato trágico… tendrías que comprarlo con 190 horas de tu trabajo.

Pregúntate nuevamente ¿merece tanto la pena? (y mejor no toquemos si el trabajo que realizas no te gusta).

Encontrando el equilibrio

¿Realmente necesito lo que quiero comprar? ¿No tengo algo ya con la que pueda suplir esa necesidad?

Aquí lo importante es recordar que para salir andar en bici no necesitas la mejor, que para aprender fotografía no necesitas la última cámara de 5.000€ y que para aprender algo nuevo no tienes que pagar una matrícula en Harvard.

Recuerdo en el 2009 cuando crucé los Andes con mi bicicleta, en un momento del viaje me encuentro con dos hermanos muy jóvenes que iban a realizar mi mismo trayecto y también en bicicleta y decidimos compartir parte del camino.

A la hora del almuerzo de ese día saqué mi hornillo que me había costado unos 80 dólares para prepararme un plato de pasta mientras que ellos lograron calentar su comida (con algo más de tiempo) utilizando solamente una lata vacía de atún y algo de alcohol de quemar.

A veces es necesario aplicar un poco más de ingenio y menos dinero para resolver ciertas cuestiones.

Hace un tiempo hice un vídeo en YouTube en el que hago una comparación de este punto con el mundo audiovisual. Échale un ojo.

Calidad sobre Precio

Antes de comprar algo también defino bien cuáles son los puntos que necesito cubrir con ese nuevo objeto y trato de buscar aquel que cumpla con esos requisitos y que prometa una larga vida.

Si nunca has oído hablar sobre «Obsolescencia premeditada» te sugiero que investigues un poco. Es básicamente que las empresas definen un período de vida a los productos para que el consumidor vuelva a comprar uno nuevo sin perder la confianza en la marca.

¿No te suena el caso de las impresoras HP que dejaban de funcionar tras X cantidad de impresiones? 😡

Conclusión

Dicho todo esto, es necesario que aprendamos a comprar con conciencia, a tener solo lo necesario y que la acumulación de cosas no nos garantiza la felicidad.

✅ A modo de resumen recuerda que:

  • Si no compras lo que no necesitas, estarás ahorrando dinero.
  • Si estás ahorrando dinero, no necesitarás pasar más horas en el trabajo.
  • Si tienes más tiempo libre, puedes disfrutar de lo que realmente te hace feliz.

Así que apaga el teléfono, queda con un amigo, amiga, padre, madre, hermano o hermana y disfruta de una buena conversación junto a una taza de café. Te aseguro que será lo único que nos llevaremos al cajón.

¡Pura vida! ❤️

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