Cobras el salario, pagas el mínimo de las tarjetas de crédito, pagás el alquiler servicios, suscripciones y te das ese capricho que te mereces por soportar al pelmazo de tu jefe, otra salida por allá y cuando levantas la mirada estás a día 20 y sin un peso en el bolsillo.
Hoy en «Experto en Nada» quiero contarte mi experiencia y otras cuestiones sobre el ahorro y por qué se nos hace tan difícil llegar a fin de mes
Antes de comenzar
Antes de comenzar quiero decirte que no me hagas ni caso de todo lo que te diga… Soy experto en nada, un mero charlatán que habla desde su propia experiencia y que pretende que algo de todo lo que aprendió pueda generar alguna inquietud en alguien, pero tendrás que comprobarlo por tu cuenta porque lo mío no es ni pretende ser una pócima mágica.
Ya lo siento, pero este rollo de advertencia voy a soltarlo en todos y cada uno de los artículos en los que dé algún tipo de consejo.
¿Jugaste alguna vez al Monopoly?
Como buen informático, siempre me gustaron los juegos de mesa y me leo hasta el último párrafo del reglamento para luego explicárselo al resto de los jugadores. Pero el Monopoly, que en Argentina se llamaba «El Estanciero» y que son exactamente las mismas reglas solo que con propiedades de las distintas provincias del país, nunca me atrajo del todo.
No sé si era por el tema de lidiar con tanta plata o porque si en la mitad del juego se ponía tedioso el tema de pagar alquileres o, viéndolo a la distancia, tal vez porque desconocía o me aburría aprender las estrategias para ganar la partida.

Claramente el manejo del dinero no era mi fuerte y eso se notaba tanto en el juego pero también mi la vida real.
Y es que todos, absolutamente todos, inclusive los anti-sistemas partcipamos de un juego llamado «Capitalismo» que aunque no quieras aprender las reglas estás jugando desde el primer día en que te independizaste. Y creeme que los jugadores más experimentados que se leyeron todo el reglamento (incluyendo la letra pequeña), te están exprimiendo al máximo.
Y no hay que tener mucha inteligencia para saber el por qué no enseñan en las escuelas algo tan esencial para nuestras vidas… cuanto más ignorantes seamos sobre la economía y el flujo del dinero, más control y riqueza para ellos.
Pero si llegaste hasta acá es porque te estás dando una oportunidad de saber un poco más sobre este tema. Y te felicito por esa inquietud, ya has dado un paso enorme y te invito a que sigas informándote con cuanto artículo, libro o podcasts caiga en tus manos.
Ahora bien, lo importante es saber… ¿en qué casilla del Monopoly estás actualmente? (espero que no estés en la de la cárcel) y lo mejor aún ¿Cómo puedes aprender las reglas de este juego, el de la vida, el Monopoly verdadero, para que puedas ganar lo suficiente para ser feliz, dejar o cambiar ese trabajo que no te gusta o simplemente tener las riendas de tu vida económica?
Como te imaginarás son muchas las reglas, excepciones y triquiñuelas que hay que aprender para tener control sobre tu economía personal, pero empecemos por una de las primordiales: el ahorro.
No llego a fin de mes, ¿a dónde se me va el dinero?
Entre mis 20 y 30 años y a pesar de haber tenido buenos salarios, no sabía en qué se me iba el dinero.
Llevaba una vida que consideraba «que merecía» por todo el esfuerzo que hacía en el trabajo. Pagaba un alquiler elevado en una zona privilegiada de Buenos Aires para tener mi independencia glamorosa, salía a discotecas o bares con un cierto caché, almorzaba fuera porque «no tenía tiempo para cocinar» y nunca me quedaba un extra para ahorrar, siempre tenía esa sensación de que la plata no me alcanzaba.
Esta sensación me generaba angustia, pedía aumentos de sueldos en empresas que no me gustaba trabajar pero que debía mantener para continuar con ese nivel de vida y si me lo daban, de una u otra forma seguía sin alcanzarme.
El dinero se me escurría de entre las manos y no sabía dónde.
Fue durante una sesión de terapia donde mi psicólogo me sugirió que llevara un detalle de todos los gastos, — Es necesario saber para luego tomar medidas y corregir — me dijo una tarde desde su consultorio en una avenida muy ruidosa de Buenos Aires.
Esta incapacidad de ahorro que tenía personalmente y otras tantas que tienen otras personas pueden surgir por los siguientes motivos:
El placer de comprar y comprar
Uno de los más comunes es por el simple hecho de disfrutar del placer de comprar, comprar y comprar.
— Ah, ¿que estás triste?, andá al centro comercial más cercano y comprate ese capricho que hace rato venís deseando. Vas a ver el subidón que te da.
Científicamente está comprobado que cuando comprás algo que te gusta, se activa en tu cabeza tu «sistema de recompensa» liberando una alta dósis de dopamina. Este es el mismo neurotransmisor encargado de darnos los estímulos de placer al tener sexo.
También es sabido que así como vino ese subidón igual de rápido se va y el deseo se mueve de lugar hacia un nuevo producto, otro par de zapatos, ese pintalabios tan chic, el úlitmo videojuego, etc, y que hasta que no lo consigas vuelves a sentir todo el peso de tu vida sin control, entrando así en un círculo vicioso o más conocido como «La carrera de la rata».
Ser consciente de esta situación ya es un gran paso para salir de él. Aunque todavía queda mucho trabajo por delante.
Presos de las apariencias
Otro de los factores por los cuales se puede perder la capacidad de ahorro es porque «Compramos cosas que no necesitamos, con dinero que no tenemos, para impresionar a gente a la que no le importamos».
Por favor, pará de comprar boludeces simplemente para agradar o gustarle a alguien.
No necesitás ese BMW último modelo ni tampoco el vestido de la siguiente colección de Zara.
Podés darte gustos, no digo que no, pero siempre y cuando esté controlado y esto no te lleve a la ruina económica.
Estoy enterrado en deudas
Siguiendo con el punto anterior, a veces esos gastos desmedidos nos llevan a realizar compras con tarjetas de créditos o bien solicitando préstamos personales.
Sin darnos cuenta las deudas empiezan a crecer y mucho más si solo pagas el mínimo. Los banqueros empiezan a frotarse las manos viendo como la bola de nieve de intereses empieza a crecer mes a mes.
Cuando te das cuenta ya tienes una deuda gigante que te asfixia y que por supuesto te angustia porque te resulta muy difícil salir de ella.
Inflación
Si el país en el que vivís tiene un porcentaje alto de inflación lamento decirte que te será muy difícil ahorrar.
La «inflación» es ese porcentaje que indica que cada vez las cosas cuestan más caras o lo que es lo mismo, que tu dinero pierde capacidad de compra.
Este porcentaje varía para distintos países. En España, por ejemplo, es una media alrededor del 2% anual, Argentina para este 2021 estima una inflación del 45% anual (eso significa que para fin de año podrás comprar la mitad de cosas con el mismo dinero) o Venezuela que en los primeros 5 meses del 2021 acumuló un 268% de inflación… una auténtica locura.
Si vivís en alguno de estos países con alta inflación la capacidad de ahorro dependerá básicamente de tus posibilidades de trabajar y ahorrar en cuentas bancarias en el extranjero.
Falsa sensación de seguridad económica
A modo personal voy a contarte que la falsa sensación de seguridad económica afectó también a mi capacidad de ahorro. Me explico.
El hecho de que trabaje en informática hizo que siempre tuviera un salario por encima de la media, lo que me dió una falsa sensación de seguridad que mi estilo de vida siempre sería igual.
Esta falta de preocupación por el futuro hizo que no ahorrara ya que podía permitirme un buen alquiler, comida, vacaciones y hasta algunos caprichos caros.
Pero claro, con todo lo que vengo pensando con el tema de los 40 años es lógico y normal que desde hace un tiempo, a pesar de seguir teniendo buenos trabajos, intente abrir el paraguas del ahorro y la inversión.
Por lo que escucho en podcasts y leo a través de algunos libros de finanzas, muchas de las personas que ahorran e invierten desde temprana edad han tenido:
- Una fuerte educación del manejo del dinero en la casa
- o bien han sufrido problemas económicos y estas experiencias negativas los llevó a educarse y tomar acción.
Falta de metas
Si a la falsa seguridad del punto anterior por tener constantemente un buen salario le sumamos el no tener un horizonte claro, una meta, un objetivo, hace que ahorrar no interese para nada… ¿para qué? ¿para qué privarme de cosas hoy por ese futuro que no puedo ver ni tampoco me interesa?
Es por eso que a medida que empiezas a educarte en la materia, a entender cómo funcionan las cosas y ver con más claridad las reglas del juego el ahorro pase a ser algo natural, simple y hasta lógico.
¿Cómo ahorrar?
A ver, no van a darme un premio Nobel por la respuesta a esta pregunta: ahorras cuando gastas menos de lo que ingresas mes a mes. Punto, no hay más misterio en el asunto.
Pero para gastar menos de lo que ingresas hay un punto que es fundamental: saber en qué gastas el dinero.
Si quieres controlar tu economía tendrás que saber hasta el mínimo detalle cuánto y dónde gastas tu dinero para que luego, con esa información, puedas tomar las medidas que sean necesarias.
Saber en qué gastamos
Aquí no hay ningún secreto. Para saber cuáles son nuestros gastos hay que detallar:
- los gastos mensuales fijos y
- tomar nota cada vez que pagamos algo extra: una compra en el super, un corte de pelo, una salida, un capricho… todo, absolutamente todo.
Puede sonar algo agobiante y tedioso, pero vuelvo a repetir, si no sabemos dónde se va el dinero poco se puede hacer para controlarlo.
Ahora bien, ¿cómo podemos llevar estas cuentas?
Aplicaciones para móviles
Existen una sinfín de aplicaciones para móviles, tanto para Androids como para iPhones, basta con buscar en la categoría «Finanzas» para descubrir todas las opciones que hay.
Básicamente todos ofrecen los mismo, la capacidad de configurar cuentas bancarias, efectivo, tarjetas, etc y luego dar de alta distintos gastos a los que se le puede asignar una categoría, una foto, indicar de qué cuenta hacer el descuento etc.
Mientras vamos cargando esta información se van generando informes suuuuuper bonitos donde vemos en dónde se están yendo nuestros preciados recursos económicos.
MoneyPro, Pennies, Registro Contable, Mis Gastos… son algunos de los nombres más habituales entre estas aplicaciones
Mi hoja de cálculo
Todas las aplicaciones para el móvil están muy bien, pero siempre les falta algo o hay que pagar algunas mensualidades que considero desde mi punto de vista un gasto innecesario. 5€ de acá, otros 8€ de Spotify por allá, más la cuenta Netflix, cuando te querés acordar estás pagando un sobresueldo en suscripciones (que al fin y al cabo es una gotera más para tus ahorros).
Yo llevo esta contabilidad en una hoja de cálculo de Google Drive porque me da absoluta libertad sobre para el manejo de los datos. Cosas de informático friki 🤷🏻♂️
Aquí te comparto la plantilla en este enlace ⬇️
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1DZwdP3I_Wdsq0xopv9JaLM9E6n2Ve2zbppD3AnghtBQ/edit?usp=sharing
❌ NOTA: No intentes editar el documento o solicitarme autorización para modificarlo. Haz una copia en tu Google Drive y luego edítalo como quieras.

En la pestaña «Estadísticas de Gastos» puedes crear cuantas columnas quieras para cada categoría de gastos que luego se mostrarán automáticamente en la pestaña «Gastos Diarios» para cargar el día a día de los gastos.

Por supuesto que todo está automatizado y se van mostrando los disintos totales y subtotales por categoría y año.
¿Por dónde empiezo a ajustar?
Con uno, dos o tres meses tendrás la información suficiente para saber en dónde se te está yendo el dinero y desde ahí empezar a ajustar las tuercas para comenzar el hábito del ahorro.
Ayudará mucho que tengas metas claras del por qué estás ahorrando y también cuáles de todos esos gastos estás dispuesto a reducir y cuáles no.
Cómo reducir ciertos gastos y mantener o acrecentar otros te lo estaré contando en un próximo artículo donde estaré hablándote sobre el «frugalismo».
Conclusión
Ya sabés, tenés ahora esta información en la cabeza y ahora depende todo de vos… podés seguir avanzando como si este Monopoly no existiera o tomar las riendas y de a poco ir formándote para usar las reglas a tu favor.
De momento te dejo como tarea y como primer paso, que comiences con la captura de esta información, ya sea con las múltiples aplicaciones que existen en los marketplaces o si lo quieres hacer en forma manual a través de la hoja de cálculo, me da igual, lo importante es que sepas cómo se te escurre el dinero de las manos para que luego puedas pasar a la acción.
¡Mucho ánimo! 💪🏻