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Volare, oh oh 🎶

A pesar de querer hacer muchas cosas en este Domingo, respeté mi idea original de descansar todo lo que pudiera y así lo hice. Nueve flagrantes horas de descanso que se veían interrumpidas cada tanto con los ronquidos de otros viajeros, alarmas de móviles que sonaban eternamente o la dueña del hostel, una brasilera que hace 20 años que vive en Bari, que entraba y hablaba como si fuera el mediodía.

Aún así sigo maravillado con mi capacidad de dormir. Todas estos eventos los registro desde lejos, sin que lleguen a afectarme. Como un radar que detecta objetos extraños, pero que están tan alejados que ni siquiera son considerados peligrosos. Ojalá que este super poder de dormir aunque me pase un tanque de guerra por al lado continúe por muchos años en mi vida.

Cerca de las once de la mañana decidí hacer algo con mi vida. El pueblo de Matera, uno de los más bonitos de la zona, está a tan solo 66 kilómetros pero es un auténtico periplo llegar en transporte público. Quedaba fuera de toda posible ecuación. En su lugar elegí «Polignano a Mare», un pueblo de mar, con muchas calas, agua turquesa y la cuna de Domenico Modugno, el creador de «Nel blu dipinto de blu» o más conocida internacionalmente como «Volare».

Después de 20 minutos ya estaba recorriendo las callecitas del pueblo, con rumbo al casco histórico.

Caminé sin ningún destino fijo, sin mapa ni Google Maps, tan solo me dejé llevar por la energía del pueblo, y así fui sorprendiéndome en cada esquina con las distintas vistas al vasto mar y también a su famosa playa que aparece en primera plana cada vez que se busca su nombre en internet.

Playa de Polignano a Mare
La playa más famosa de Polignano a Mare

Habré estado más o menos unas 5 horas deambulando por sus calles, todas de un color entre amarillo y anaranjado, muy característico de la piedra caliza típica de la zona.

Este mismo color de ciudad lo encontré en la pequeña isla de Malta, donde todos y cada uno de los edificios está también construidos utilizando esta materia prima.

Lo que sí tenía fijo era tomarme la foto con la estatua de Domenico, que según Andrea, mi amigo italiano que vive en Madrid, van allí hasta los recién casados para recibir la bendición del héroe del pueblo.

Desafortunadamente, en lugar de bendiciones encontré el apocalipsis. El pobre Domenico estaba restringido de visitas por labores en curso. Tuve que contentarme con verlo desde lejos. Menos mal que mi móvil tiene un lente 2.5x con el cual pude virtualmente extenderle un abrazo.

Estatua de Domenico Mondugno en Polignano a Mare
Estatua de Domenico Mondugno en Polignano a Mare

Ha sido un muy lindo primer día de reconexión con el proyecto de «Mauri en Moto», aunque Pampero siga guardado en Barletta a unos 64 kilómetros de Bari en dirección norte.

Mañana, en algún momento de mi horario laboral, tengo que acercarme al concesionario de Royal Enfield para pedir turno para que hacerle un service integral antes de meterme en los balcanes.

Hay que tener en cuenta que desde aquí hasta Belgrado (Serbia), no hay más concesionarias oficiales. Así que es menester cruzar el charco del Adriático con la moto en condiciones y «volar con el azul (cielo) pintado de azul…«

Volare, oh oh, cantare oh oh… nel blu dipinto di blu.

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  1. José Manuel Simón

    Oh. Muchas veces he cantado yo esa canción. Precioso el pueblo, Mauri. Sigue disfrutando

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